
La letra pequeña de Google Drive
En el día de ayer Google lanzaba al mundo su última creación, Google Drive, un nuevo servicio de almacenamiento online de contenidos que permite al usuario crear, compartir, colaborar y guardar contenidos en la red. Permite además el servicio acceder a los contenidos desde cualquier dispositivo conectado a Internet, bien se trate de un ordenador o un dispositivo móvil.
Con esta propuesta, Google responde a otros servicios de almacenamiento en la nube, que ya operan con éxito en el mercado, tales como Dropbox o SkyDrive. Pero no es oro todo lo que reluce. La letra pequeña de Google Drive nos informa que cuando subimos contenido al servicio concedemos a Google y a cualquier colaborador de éste un derecho a usar, almacenar, reproducir, modificar, crear obras derivadas (tales como traducciones, adaptaciones, etc.) y distribuir libremente dicho contenido. Además esa licencia continúa incluso cuando dejemos de utilizar el servicio.
Y si bien la cesión de derechos es operada con el fin de prestar un mejor servicio, nada impide a Google utilizar de por vida esos contenidos para ese servicio o cualquier otro que desarrolle en el futuro, incluso con fines publicitarios. Así rezan sus términos:
“When you upload or otherwise submit content to our Services, you give Google (and those we work with) a worldwide licence to use, host, store, reproduce, modify, create derivative works (such as those resulting from translations, adaptations or other changes that we make so that your content works better with our Services), communicate, publish, publicly perform, publicly display and distribute such content. The rights that you grant in this licence are for the limited purpose of operating, promoting and improving our Services, and to develop new ones. This licence continues even if you stop using our Services (for example, for a business listing that you have added to Google Maps).”
Esta amplia facultad que el usuario de Drive concede a Google contrasta con los términos y condiciones de los otros dos grandes operadores del Mercado, Dropbox y Microsoft SkyDrive.
De un lado, Dropbox establece que todos los derechos sobre los contenidos que el usuario almacena en su servicio son y seguirán siendo titularidad exclusiva del usuario, concediendo el usuario una licencia a Dropbox limitada a la propia prestación del servicio.
“Your Stuff & Your Privacy: By using our Services you provide us with information, files, and folders that you submit to Dropbox (together, “your stuff”). You retain full ownership to your stuff. We don’t claim any ownership to any of it. These Terms do not grant us any rights to your stuff or intellectual property except for the limited rights that are needed to run the Services, as explained below.”
Por su parte, Microsoft establece en los términos de uso del servicio SkyDrive que los contenidos de sus usuarios continuarán perteneciendo al usuario y que los mismos no serán cedidos a ningún tercero.
“Your Content: Except for material that we license to you, we don’t claim ownership of the content you provide on the service. Your content remains your content. We also don’t control, verify, or endorse the content that you and others make available on the service.”
Así las cosas, la realidad es que, de acuerdo a lo establecido en los términos y condiciones de Google Drive, Google tiene el control sobre nuestros contenidos.